En las páginas de la vida, tejieron sus relatos, con hilos de coraje y lágrimas de esperanza.

Sus historias, como luceros en la noche, encienden la llama que arde en cada alma.

Bibiana, Diego, Arelys, Ana y Argelia, con su voz suave como el viento, nos mostraron que la vulnerabilidad es fortaleza.

Luis, Marleen, Myrna, Jessica y Yolanda, con sus cicatrices y batallas ganadas, nos enseñaron que el dolor puede ser un faro de luz.

Hilda y Paloma, con su risa contagiosa y ojos brillantes, nos recordaron que la risa es medicina para el  alma.

Horacio, Mónica, Gaby y Alexandra, con su lucha incansable contra los miedos, nos inspiraron a enfrentar nuestros propios abismos.

Gabriela, Yolanda, Evelyn, Luz, Elizabeth, Víctor y Adriana, con sus versos llenos de pasión y fuego, nos invitaron a danzar con las palabras.

Ana Yael, Mildred, Sair, Elena, Letsy Cano y Alba, con su mirada firme y manos abiertas, nos mostraron que el amor es un puente indestructible.

Ana Tatis, Olga y Juani con sus historias de resiliencia y renacimiento, nos recordaron que siempre hay un nuevo amanecer.

Noris, Irma, Tere, Evelyn , con su valentía al compartir su verdad, nos enseñaron que la autenticidad es un regalo preciado.

Uno a uno, los 36 corazones se entrelazaron, como las hojas de un árbol que se alzan hacia el cielo.

Cada palabra, cada confesión, cada lágrima derramada, se convirtió en un faro de esperanza para otros.

Coautores, su legado trasciende las páginas, se extiende como un río que nutre la tierra sedienta.

Gracias por encender la llama del empoderamiento, porque en sus historias, encontramos nuestra propia luz.

Que sus palabras sigan resonando en los corazones, como un eco eterno que nos guía en la oscuridad.

A ustedes, valientes escritores, les levanto mi pluma, en agradecimiento por su coraje y su amor.

¡Empodérate Tú Puedes! siempre.

Adriana Rodríguez Fundadora de Empodérate tu puedes.